La Fiebre por el Virus del Nilo Occidental es una enfermedad transmitida por mosquitos. En la mayoría de los casos, cerca del 80 %, pasa desapercibida o se presenta con síntomas similares a los de una gripe. No obstante, en ocasiones excepcionales —menos del 1 %— puede provocar complicaciones como meningitis o meningoencefalitis, lo que hace necesaria una especial atención durante los meses de mayor presencia de estos insectos.
La prevención comienza por el entorno. Es fundamental evitar los espacios que puedan convertirse en criaderos, eliminando cualquier acumulación de agua estancada como la que puede quedar en cubos, macetas, fuentes o canaletas. También es importante mantener las piscinas y estanques tratados durante todo el año, y renovar con frecuencia el agua de los bebederos de los animales. Los pozos, aljibes y bidones deben mantenerse protegidos con mallas mosquiteras que impidan el acceso de los insectos.
Junto a estas acciones, se recomienda adoptar medidas personales de protección. El uso de mosquiteras en ventanas y puertas ayuda a mantener alejados a los mosquitos en los espacios interiores. También se aconseja el uso de repelentes o insecticidas domésticos en zonas bien ventiladas, y evitar en lo posible permanecer en áreas con agua estancada sin tratar, especialmente al amanecer y al atardecer. Apagar las luces innecesarias en el exterior y vestir ropa que cubra la piel —como camisas de manga larga y pantalones largos— son otras formas eficaces de protección.
Desde el Ayuntamiento de Chauchina se hace un llamamiento a la responsabilidad colectiva para mantener los espacios públicos y privados en condiciones que eviten la reproducción del mosquito, recordando que la prevención es la mejor herramienta para garantizar la salud de todos durante el verano.